En tu cuerpo existe naturalmente una microbiota (organismos vivos microscópicos), que te ayuda a mantener el funcionamiento de tu intestino. Y esto es clave porque en el intestino está el 80% de las células que forman tu sistema inmune.

“La microbiota intestinal contiene 100 billones de microorganismos con como mínimo 1000 especies diferentes de bacterias. Solo un tercio de nuestra microbiota intestinal es común a la mayoría de la gente, mientras que dos tercios son específicos de cada persona. Es decir, que nuestra microbiota intestinal sería como un carnet personal de identidad. Nos define casi como nuestra huella digital. Entendiendo entonces que los probióticos son como microorganismos vivos que administrados en forma adecuada generan un beneficio para la persona, claramente hay una relación entre nuestra microbiota intestinal (o también conocida como nuestra flora intestinal) y los probióticos”, dice Mariana Cannellotto, directora científica de Biohelper.


El deterioro de nuestra flora intestinal tiene que ver con muchos factores. “Influye la mala alimentación, el consumo de ciertos fármacos como algunos antibióticos y por supuesto también nuestra salud general. El término probiótico significa a favor de la vida y se utiliza para llamar a esas bacterias que tienen efectos benéficos para el ser humano y también para los animales. Estas especies tienen que ser capaces de sobrevivir al jugo gástrico y crecer en presencia de la bilis o ser consumidos en un alimento que pueda actuar como vehículo para que lleguen en buenas condiciones al intestino”, dice la especialista.