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Medicina

Antibióticos y microbiota: cuando curar también puede desequilibrar

Te contamos por qué tomar probióticos antes, durante y después de un tratamiento con antibióticos puede marcar la diferencia en tu salud intestinal, inmunológica y general.

Sentís que el tratamiento funcionó: bajó la fiebre, se fue el dolor, desapareció la infección. Pero adentro, algo más también cambió. Tu microbiota quedó alterada… y eso también merece atención.


Los antibióticos no distinguen 💊

Son una de las herramientas más importantes de la medicina moderna. Gracias a ellos, se salvan vidas todos los días. Pero tienen su contracara: los antibióticos no discriminan entre bacterias patógenas y bacterias beneficiosas.


Cuando eliminan lo que nos enferma, también alteran profundamente la microbiota intestinal, ese ecosistema de bacterias buenas que cumple funciones esenciales: digestión, regulación inmune, producción de neurotransmisores y más. El resultado muchas veces es disbiosis, inflamación, diarrea, fatiga o una mayor vulnerabilidad a nuevas infecciones.


Tu microbiota también necesita tratamiento 🩺

La mayoría de los tratamientos antibióticos se enfocan en resolver el cuadro agudo. Pero una vez que se logra, el cuerpo —y en particular el intestino— queda en un estado de desequilibrio que no siempre se atiende.


Ahí es donde entran los probióticos como parte de un enfoque funcional más completo.


Consumir probióticos específicos durante y después de un ciclo de antibióticos puede ayudar a restaurar la diversidad bacteriana, reforzar las defensas naturales y mejorar la digestión y absorción de nutrientes.


La memoria intestinal es un hecho 

Cada tratamiento con antibióticos deja una huella. Estudios recientes muestran que la microbiota puede tardar semanas, incluso meses, en recuperar su equilibrio. En algunos casos, ciertas especies bacterianas desaparecen por completo.


Y cuando ese desequilibrio se extiende en el tiempo, también lo hacen sus efectos: inflamación crónica, mayor susceptibilidad a infecciones, digestiones irregulares, intolerancias y alteraciones inmunológicas.


Curar es más que eliminar el síntoma 💡

Por eso hoy hablamos de salud intestinal como pilar central del bienestar. Porque lo que pasa en el intestino no se queda en el intestino. Afecta tu energía, tu estado de ánimo, tus defensas.


¡Pero tranquilos! cuidar nuestra microbiota es posible, y cada decisión cuenta. Incorporar cepas probióticas con evidencia específica puede ayudarte a prevenir consecuencias a largo plazo y acompañar mejor la recuperación.


Si estás por tomar antibióticos o ya lo hiciste, no descuides a quien te cuida. Conocé la línea de probióticos DailyLact con respaldo científico para acompañar tu microbiota en cada etapa.


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