1. Levantar y ejercitar las piernas

Colocar las piernas en alto, usando un escalón de 20 centímetros de altura o dos almohadones. En esa posición, realizar movimientos circulares con los tobillos o de flexión y extensión. Tiempo:  5-10 minutos, realizando los ejercicios en 2 series de 15 repeticiones.

2. Caminar de puntillas

En esta posición, vamos a estimular la contracción de los gemelos, que, al mismo tiempo, comprimen las venas, facilitando el retorno venoso. Ponerse de puntillas 10 veces sin caminar. Se puede combinar con el mismo ejercicio utilizando los talones en lugar de usar las puntas de los pies.

3. Pedalear desde el suelo

Acostarse en el suelo (apoyando completamente la espalda en una superficie dura), levantar las piernas y simular el movimiento de pedaleo que haríamos subidos en la bicicleta. Tiempo:  3 series de 10-15 repeticiones.

4. Mojar con agua fría los pies y los gemelos

Duchar con agua fría de los pies a las rodillas, haciendo un recorrido ascendente, por 2-3 minutos. El agua fría ayuda a contraer tanto los capilares como los músculos, mejorando el circuito que recorre la sangre en esa zona.

5. Masajearse las piernas

Antes de irnos a dormir, un buen masaje puede ayudarnos. Algunos consejos: siempre empezar de abajo hacia arriba, usar geles fríos para aliviar la sensación de pesadez.